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La guerra ha acabado,
la ciudad está en ruinas,
la luz de los focos
ilumina la caída,
quién diría
que no todo está roto,
de dónde sales tú.
El gobierno decretó la ley
que acabó con la poesía,
ahora pagamos con oro
por ver la luz del día,
quién diría
que no todo está roto,
de dónde sales tú.
¿De dónde sales tú?
¿De dónde sales tú?
Qué me das tú para cambiar,
dejar por fin la levedad,
que el peso no me rompa la espalda,
borrar mis errores y faltas y olvidar
que la realidad es insana.
La guerra ha acabado,
la ciudad está en ruinas,
la moral en pedazos
buscando a ciegas la salida,
quién diría
que no todo está roto,
Que no todo está roto.
Qué me das tú para cambiar,
dejar por fin la levedad,
que el peso no me rompa la espalda,
borrar mis errores y faltas y olvidar
que la realidad es insana.
Qué me das tú para cambiar,
dejar por fin la levedad,
que el peso no me rompa la espalda,
borrar mis errores y faltas y olvidar
que la realidad es insana.
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Puentes que se lleva el río en la crecida,
ríos que se llevan el recuerdo de los días,
brillantes hasta la ceguera momentánea
que invadías con la euforia y la risa
de una rabia contenida.
Te reías por casi todo, por casi nada, consumías
el juego que reside en las palabras, no veías
que borraste cada hueco para respirar
y mataste a todo aquel que no aguantaba
tanta claridad.
Y veo como corre, se acelera
una suerte de conejo blanco,
seré Alicia a la carrera.
No esperaría
a un tren que huye sin destino,
espero entiendas la ironía.
La ironía.
Siempre violenta, siempre dulce, siempre altiva,
siempre oscura, con un halo extraño de melancolía.
Suficientemente inteligente para comprender
que nadie se ha escapado de la muerte
y no parabas de correr.
Te movías siempre a golpes, en asincronía,
hermética y opaca, o brillante y explosiva
estos días de revuelta silenciosa se nos clavarán
como balas impactando en un cuerpo inerte
de cristal.
Y veo como corre, se acelera
una suerte de conejo blanco,
seré Alicia a la carrera.
No esperaría
a un tren que huye sin destino,
espero entiendas la ironía.
Y veo como corre, se acelera
una suerte de conejo blanco,
seré Alicia a la carrera.
No esperaría
a un tren que huye sin destino,
espero entiendas la ironía.
La ironía.
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Tengo la pasión encarcelada entre cuatro paredes,
no hay ni una puta ventana por donde huir.
Tengo la impresión de que nada pasa más que el tiempo,
tengo mi voz helada contigo aquí.
Si la puerta está cerrada, será que estoy follando con mi musa,
cuando vuelvas, quizás, no haya nadie en casa. Tal vez
no haya nada que decir, tal vez no deba estar aquí,
tal vez esté prohibido, tal vez no quede nadie vivo
de verdad, de verdad.
Tengo cierto temor a mañana, quizás estemos muertos,
quizás no salga de la cama, no sé qué va a ocurrir.
Tengo delante la cara de alguien extraño,
tengo una gota de agua regando mi raíz.
Si la puerta está cerrada, será que estoy follando con mi musa,
cuando vuelvas, quizás, no haya nadie en casa. Tal vez
no haya nada que decir, tal vez no deba estar aquí,
tal vez esté prohibido, tal vez no quede nadie vivo
de verdad, de verdad, de verdad, de verdad.
Si la puerta está cerrada, será que estoy follando con mi musa,
cuando vuelvas, quizás, no haya nadie en casa. Tal vez
no haya nada que decir, tal vez no deba estar aquí,
tal vez esté prohibido, tal vez no quede nadie vivo
de verdad, de verdad, de verdad, de verdad.
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